Las microempresas y pymes españolas se han enfrentado en 2013 a un entorno macroeconómico muy complejo. La caída del consumo interno, junto con las restricciones a la financiación, han provocado una contracción de los principales indicadores económicos en la mayoría de los sectores productivos de nuestra economía. A pesar de este escenario desfavorable, la adopción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) no deja de crecer. Las TIC continúan siendo las mejores aliadas de los empresarios en su intento de mejorar la competitividad de sus negocios, posibilitando la apertura a nuevos mercados y optimizando los procesos de gestión interna.
En esta nueva edición del ‘informe ePyme, Análisis sectorial de la implantación de las TIC en la pyme española’ se presenta la evolución de la penetración de las TIC en diez de los principales sectores productivos de nuestra economía, manteniendo su principal seña de identidad: el carácter sectorial. Los sectores que forman parte del informe son: Industria, Construcción; Venta y Reparación de Vehículos a Motor; Comercio Mayorista; Comercio Minorista; Hoteles, Campings y Agencias de Viaje; Transporte y Almacenamiento; Actividades Inmobiliarias, Administrativas y Servicios Auxiliares; Actividades Profesionales, Científicas y Técnicas; e Informática, Telecomunicaciones y Servicios Audiovisuales. Estos sectores aglutinan el 74,5% de las empresas que desarrollan su actividad en nuestro país, dato que corrobora la gran representatividad de los resultados del informe.
Tras el cambio metodológico experimentado en la pasada edición, relativo al proceso de recogida de información, este el informe ePyme 2013 ofrece comparativas interanuales que permiten analizar la evolución experimentada por los principales productos y servicios TIC en los diferentes sectores. Como novedad respecto a la edición de 2012, el informe fija su atención por primera vez en las tecnologías cloud computing, nueva tendencia de consumo de las TIC que está comenzando a tener una presencia entre las empresas españolas.
Para llevar a cabo el análisis cuantitativo se ha utilizado de nuevo la información recogida por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a través de su encuesta sobre el uso de las TIC y el comercio electrónico en las empresas, facilitada por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI), en virtud del convenio de colaboración suscrito con Fundetec.
Al igual que en pasadas ediciones, el informe complementa el análisis cuantitativo con una perspectiva cualitativa del impacto de las TIC en los procesos de negocio sectoriales. Para dotar al informe de esta perspectiva cualitativa se han utilizado dos recursos metodológicos: las entrevistas personales a los responsables técnicos de las principales asociaciones sectoriales, en las que se ha profundizado sobre la contribución de las TIC a la mejora de los procesos productivos, y focus groups con empresas de cada sector, que han permitido obtener información de primera mano sobre las verdaderas implicaciones del uso de las TIC en la empresa, de sus barreras y oportunidades y de los beneficios que aportan.
El análisis comparativo de la penetración de las TIC de los diez sectores analizados puede sintetizarse en base a la definición de niveles tecnológicos que agrupan las penetraciones de las diferentes soluciones y servicios TIC incluidas en el informe. Dichos niveles se definen como:
• Primer nivel: incluye la infraestructura TIC básica (ordenador y telefonía móvil) y conexión a Internet. En los siguientes gráficos, este nivel está representado en el eje horizontal.
• Segundo nivel: corresponde a las soluciones tecnológicas que contribuyen a la mejora de los servicios de gestión (software de código abierto), a los dispositivos móviles con conexión a Internet y a la presencia en Internet (página web). Este nivel se representa en el eje vertical.
• Tercer nivel: agrupa las herramientas específicamente diseñadas para su utilización en gestión y procesos de negocio (CRM y ERP), a la utilización de la administración electrónica, la presencia en redes sociales y el uso del cloud computing. Este nivel avanzado se representa por el tamaño de las burbujas, siendo éstas de mayor tamaño cuanto mayor es la penetración de las herramientas citadas.
También, como en todo el informe, se han desagregado las gráficas según el tamaño de empresa, diferenciando la comparativa para microempresas, y pymes y grandes empresas.
Como se puede observar en los gráficos, la mayor dispersión en relación a la infraestructura TIC básica (eje horizontal) se produce entre las microempresas. Sin embargo, las diferencias en la infraestructura TIC básica son mínimas entre pymes y grandes empresas.
Considerando el segundo nivel de implantación de las TIC (eje vertical), se perciben importantes diferencias tanto entre las microempresas como entre las pymes y grandes empresas. La presencia en este nivel del uso de dispositivos móviles o de la página web marca importantes diferencias entre los sectores analizados.
Por último, en el nivel que agrupa los servicios TIC más avanzados (tamaño de la burbuja), las diferencias son menores que en los dos anteriores niveles, sobre todo entre pymes y grandes empresas, fundamentalmente por la escasa variabilidad de penetración de los indicadores seleccionados en los diferentes sectores. A excepción del uso de las redes sociales, que en algunos sectores es muy destacado, no existen grandes variaciones en la penetración del resto de indicadores.
Respecto a 2012, y considerando las microempresas, se aprecia un avance notable en el primer y segundo nivel de los sectores de hoteles, campings y agencias de viaje, comercio mayorista y venta y reparación de vehículos, que se han acercado a los sectores más tecnificados (informática, telecomunicaciones y servicios audiovisuales y actividades profesionales, científicas y técnicas). Sin embargo, los sectores de transporte y almacenamiento y comercio minorista continúan a la cola en cuanto a uso e implantación de las TIC en cualquiera de los niveles considerados.
En relación a las pymes y grandes empresas, no se aprecian cambios significativos respecto a 2012.